Las autoridades sanitarias griegas han continuado con los esfuerzos para contener la propagación del coronavirus en el campo de Ritsona, donde vive la mujer que ayer se confirmó como el primer caso de covid-19 entre la población refugiada. Hasta el momento todos los controles, realizados a personas alojadas en 15 contenedores próximos al de la mujer contagiada, han dado negativo en coronavirus.

La actividad, según ha informado la Organización Nacional de Salud Pública (EODY), se ha centrado en localizar y hacer pruebas a las personas del campo que durante los últimos días hayan podido estar en contacto con la primera afectada, una mujer de menos de treinta años que presentó síntomas después de ser trasladada a un hospital de la capital griega para dar a luz.

Con respecto al primer contagio, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha confirmado, a través de su portavoz en el campo de Ritsona, que la mujer vivía en uno de los contenedores que disponía de baño, cocina y ducha propia, lo que limita una posible propagación del virus a otros refugiados o trabajadores.

Para tratar de atajar el problema, la OIM ha anunciado que los espacios comunes para actividades del campo, que habían sido cerrados por precaución, servirán ahora como lugares de cuarentena en caso de que haya nuevos contagios. Además, las autoridades sanitarias han puesto en seguimiento a las personas que tuvieron contacto con la refugiada en el hospital, ya que todavía no se ha esclarecido el origen del contagio.

Ante la amenaza de una posible expansión descontrolada del COVID-19 en los campos de refugiados de todo el país, donde las condiciones sanitarias e higiénicas son ya de por sí paupérrimas, tanto autoridades europeas como organizaciones humanitarias han insistido en la necesidad de su descongestión y evacuación.

Medidas de confinamiento

Al mismo tiempo, el Gobierno instauró nuevas medidas de confinamiento en el interior de los campos, como la instalación de cajeros y de tiendas con productos de primera necesidad de proveedores locales dentro de estos emplazamientos, pero la insalubridad y la falta de higiene siguen estando a la orden del día.

En Moria, donde viven hacinadas cerca de 20.000 personas, "hay un baño para cada 200 personas y un grifo de agua potable para cada 1.300", señaló hoy Vasilis Stravaridis, director de Médicos Sin Fronteras Grecia.

"Con estas condiciones, no hay un plan de gestión en caso de contagio, sino esperanza de que eso no ocurra", aseguró el representante de la ONG humanitaria.

Hoy, una embarcación con 39 refugiados de origen afgano y africano ha llegado a la parte norte de la isla de Lesbos, donde serán puestos en cuarentena durante 14 días para después ser trasladados a los campos.

En todo el mes de marzo han llegado 1.280 migrantes a las costas de las islas del Egeo. De ellos, 800 lo hicieron en Lesbos, 415 en Quíos y 216 en Samos.