Las colillas son el primer agente contaminante en las playas europeas. La ONG Surfrider, que trabaja junto con la Diputación de Gipuzkoa en campañas de recogida de residuos, alerta de la huella medioambiental que está dejando el tabaco en el océano. "Es fundamental informar a la población sobre el impacto contaminante", advierte Xabier Curto, responsable de esta organización en Donostia.

El experto toma como referencia uno de los estudios más ambiciosos de los realizados hasta ahora, en el que han intervenido un total de 20.000 voluntarios de la organización, desplegados durante el año pasado en 461 acciones en distintas playas europeas. "Se contabilizaron 770.420 residuos, lo cual es una barbaridad", mantiene.

En la toma de muestras de este tipo de proyectos científicos, según explica, "es importante hacer el recuento uno a uno, porque es mucho más indicativo la cantidad que el peso. Podemos tener mil colillas cuyo peso sea menor al de una rueda, pero cuyo impacto medioambiental es muchísimo más elevado por la contaminación de sustancias químicas", revela.

RESTOS DE TABACO

Este conjunto de acciones desplegado durante el año pasado permitió localizar un total de 365.772 colillas. Es decir, casi la mitad (47,47%) de los residuos encontrados en las playas de Europa son restos de tabaco, muy por encima de otros materiales plásticos, como tapones de botellas (22.738), envases alimentarios (23.863), e incluso fragmentos de plástico de entre 2,5 y 50 centímetros, de los que se hallaron un total de 84.091.

Curto subraya la relevancia de este proyecto de investigación teniendo en cuenta la gran cantidad de muestras tomadas. "Para llevar a cabo estos estudios lo más complicado es conseguir muchas muestras, algo que ha sido posible gracias a tantos voluntarios, nada menos que 20.000, lo que se ha dado en llamar ciencia ciudadana".