La conclusión más plausible es que aún no somos capaces de medir el impacto que la crisis de la invasión rusa en Ucrania va a tener en la economía del territorio y de los cambios que provocará a medio y largo plazo en nuestra sociedad, aunque las medidas de urgencia adoptadas para encajar el primer golpe parecen haber sido razonablemente efectivas.
Así lo reconocieron todos los grupos políticos con representación en la cámara guipuzcoana, aunque EH Bildu especialmente, y también Elkarrekin Gipuzkoa, pidieron ayer en las Juntas Generales iniciar una reflexión para cambiar a medio y largo plazo el modelo económico actual, que en su opinión muestra signos de agotamiento y se ha demostrado “insostenible”.
El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, también tomó la palabra en el pleno monográfico celebrado en la Comisión de Desarrollo Económico de las Juntas Generales de Gipuzkoa para medir el impacto económico de la crisis de Ucrania en nuestro territorio. Olano aseguró que la Diputación se mantiene “alerta”, atenta a la “evolución de la coyuntura económica”, para “ver si tiene que adoptar nuevas medidas” que sumar a las ya muchas que han adoptado a todos los niveles. “Estamos viviendo momentos históricos en Europa”, dijo.
El diputado general reiteró su compromiso con Ucrania: “Gipuzkoa mantendrá el esfuerzo solidario realizado hasta la fecha con total determinación”. Hizo un discurso muy centrado en el drama humanitario que están sufriendo los refugiados: recordó a los 14 millones de ucranianos que se han visto forzados a abandonar sus casas, condenó “enérgicamente la invasión” y reivindicó el “derecho del pueblo ucraniano a defender y a decidir libremente su futuro”.
En su discurso, alertó del “riesgo que suponen para toda Europa y también para nuestra sociedad los autoritarismos y los populismos, que lo único que hacen”, dijo, es “dividir y enfrentar a la sociedad” para “lograr sus objetivos políticos”. Y ello, valiéndose del “miedo y la demagogia, alterando la realidad y difundiendo mensajes contra la diversidad”.
Según Olano, se plantean dos modelos: “democracia basada en la colaboración versus populismo. Y si no acertamos reinventando los cimientos de nuestra democracia y construyendo puentes con la sociedad, vendrán los populismos de izquierdas y de derechas, xenófobos, el autoritarismo, y dañarán la democracia”, aseguró.
“pugna por la hegemonía política”
El debate adquirió una carga ideológica importante que en ocasiones llevó a los grupos políticos a alejarse del tema planteado y a que el presidente de la comisión les llamase la atención por desviar el foco de su discurso en lo que debía ser una sesión monográfica para analizar las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania en la economía guipuzcoana. EH Bildu, la formación que solicitó esta sesión, centró su actuación la necesidad de una reforma fiscal.
También incidió en la necesidad de una reforma fiscal Elkarrekin-Podemos, quien adelantó la posibilidad de que su grupo pueda transaccionar algunas mociones con EH Bildu. En la coalición soberanista, su portavoz Juan Karlos Izagirre, habló de un modelo económico que da signos de estar agotado y de la necesidad de pensar cambios estructurales a medio y largo plazo para cambiar el sistema.
“Tenemos que generar un sistema en el que nadie necesite ir al banco de alimentos”, llegó a decir Izagirre, quien puso encima de la mesa algunas reflexiones: como la de “generar una ayuda propia para los casos en los que no les llegue la RGI (Renga de Garantía de Ingresos). Izagirre citó expresamente, a modo de ejemplo, herramientas como la extinta AGI (Ayuda de Garantía de Ingresos) que articuló hace unos años Gipuzkoa.
Tanto PNV como PSE enfriaron las expectativas de EH Bildu en torno a la reforma fiscal. “No es el momento de hacer profundas reformas fiscales”, dijo a Juan Karlos Izagirre el portavoz socialista, Alberto Albistegui. Y en términos parecidos se expresó el PNV. “No es que no queramos hablar de ello, pero es que hemos hablado de esto 1.547 veces; de las mismas cosas y en los mismos términos. Sois previsibles”, espetó la portavoz jeltzale Maria Eugenia Arrizabalaga a Juan Karlos Izagirre.
Arrizabalaga deslizó que, en una crisis económica grave como la actual, lo que EH Bildu pretende con este monográfico es “mantener viva la pugna por la hegemonía política” en Gipuzkoa. Arrizabalaga preguntó a Izagirre por qué su formación solo ha planteado este debate en Gipuzkoa y no así en las Juntas de Araba, Bizkaia o en el Parlamento navarro.
Juan Karlos Izagirre, de EH Bildu, tomó la palabra en primer lugar, al ser el solicitante de la sesión monográfica. Calificó la guerra de Ucrania como “un desastre” y “una tragedia”, como lo son otras muchas que son “silenciadas” en el mundo. Sin embargo, admitió que esta guerra por la invasión rusa “tiene una gran afección” e “incidencia directa” en nuestra economía, afectando seriamente al “comercio de alimentos básicos y la distribución de energía”.
Izagirre cargó contra la globalización y alertó de que “tenemos a la vista los primeros signos de que el sistema se está agotando”: “No podemos continuar con un consumo desmedido”. El portavoz de EH Bildu dijo que “son muchos los guipuzcoanos que están pasando de una situación económica estable a tener problemas” para hacer frente al día a día y que, “sin esperar a soluciones macropolíticas, podemos hacer algo, con nuestras competencias, para comenzar a darle la vuelta a esto”.
Izagirre aseguró que en EH Bildu “estamos convencidos de que se puede repartir mejor la riqueza. Y los que más tienen tendrán que pagar más para cubrir las necesidades de todos”, recalcó. En su discurso insistió una y otra vez en la necesidad de una reforma fiscal en la que “paguen más los que más tienen”.
La portavoz jeltzale, por su parte, aseguró que “no existen recetas mágicas” contra crisis como estas y apuntó que la solución es el trabajo y la colaboración. “La situación nos exige una esfuerzos inmensos, pero la receta no es el dramatismo, la demagogia, ni el catastrofismo” y aseguró que “si el objetivo de este monográfico (convocado por EH Bildu) es ayudar, bien; pero no sería limpio”, añadió, que se hubiese convocado con ejercicio de “electoralismo anticipado”. “En todo caso, da qué pensar que la iniciativa se presente en Gipuzkoa, no en Araba ni Bizkaia”, sugirió Arrizabalaga.
La portavoz del PNV recordó que pese a la crisis, “la recaudación fiscal está siendo más alta que nunca”, pero admitió que “esto no garantiza nada” y que “todo apunta a que la situación se agravará si la decisión de alargar la guerra sigue”. Defendió la “gestión rigurosa que nos está permitiendo salvar todo esto” y reforzar el “equilibrio y la cohesión territorial”, en referencia a las medidas adoptadas por el Gobierno de PNV y el PSE, y dijo que es el momento de mostrar “confianza en las instituciones vascas”.
Arrizabalaga acusó a EH Bildu de “improvisar” soluciones y dijo echar “en falta el elemento humanitario en el discurso de EH Bildu y Elkarrekin”.
“acumulación de propuestas”
El portavoz del PSE, Alberto Albistegui, también apeló a la “responsabilidad” de la oposición ante una situación tan delicada como esta y pidió a EH Bildu y Elkarrekin Gipuzkoa “cierta moderación política”, ya que con su “acumulación de propuestas” está creando una “realidad ficticia”.
“Sabemos que el sistema público no tiene capacidad para compensar todas las necesidades que se van a generar” con esta guerra, dijo Albistegui, quien puso en valor toda la batería de medidas que se han articulado en la Unión Europea, el Gobierno de España, el Gobierno Vasco y la propia Diputación. “El sistema fiscal vasco está respondiendo al impacto. Y con todas las dificultades, creo que le estamos haciendo frente a esta crisis de una manera fuerte”, dijo Albistegui.
El representante del PSE instó a EH Bildu y a Elkarrekin Gipuzkoa a “contar la verdad”, ya que la “principal incertidumbre es que no sabemos cuánto va a costar” esta crisis”, dijo.
Por parte de Elkarrekin Gipuzkoa, su portavoz Javier Busselo, aseguró que “el modelo de bienestar social basado en el consumismo y el crecimiento ilimitado ha llegado a su fin. El cuello de botella de los suministros no es solo problema de Ucrania. El problema es el sistema económico actual, que consiste en producir de más, para consumir de más y que no tiene en cuenta los límites del planeta y es totalmente insostenible”, dijo.
Busselo pidió mecanismos para aumentar la participación en empresas estratégicas y evitar la deslocalización de la industria, reclamó uno servicios públicos de calidad y una empresa pública energética que venda “energía solidaria” a las personas más necesitadas. Y para todo ello, al igual que EH Bildu, reclamó una reforma fiscal que lo financie”.
Por su parte, Juan Carlos Cano, del Grupo Mixto Popular, apeló a la “cultura del esfuerzo y el sacrificio” para “poder pagar y mantener un estado de bienestar que, por muy duro que suene, no nos merecemos, porque no podemos pagarlo. Cano criticó que estemos “subcontratando mayores espacios de bienestar a costa de las generaciones venideras”, en vez de “ajustar” nuestro nivel de vida a la “capacidad actual”. l